La demanda de tratamientos capilares de alta gama en Perú experimentó un fuerte ascenso en 2025, reflejando el avance económico del país, que acumuló un crecimiento del 3.3% en el PBI, según el gremio de Cosmética e Higiene Personal. El mercado está dominado por dos procedimientos estrella: el alisado y el botox capilar.
Es fundamental aclarar que, aunque ambos son populares, poseen finalidades y resultados completamente distintos.
Alisado: transformación de la estructura del cabello
El alisado es un procedimiento químico diseñado para cambiar la estructura natural del cabello, logrando un lacio uniforme, reduciendo el volumen y controlando el frizz. Sus resultados pueden durar entre 3 y 5 meses, dependiendo del tipo de cabello, la técnica utilizada y los cuidados posteriores.
Es ideal para personas con cabello muy ondulado, rebelde, esponjado o con volumen excesivo, que buscan practicidad y una apariencia más pulida sin recurrir constantemente a herramientas de calor.
Botox capilar: reparación profunda, no alisado
A diferencia del alisado, el botox capilar no modifica la forma del cabello. Su función es reparar, hidratar y devolver elasticidad mediante una combinación de vitaminas, aminoácidos, aceites y proteínas que rellenan las áreas dañadas de la fibra capilar.
Es especialmente efectivo para cabellos resecos, opacos, quebradizos o sensibilizados por procesos químicos, con una duración aproximada de 4 a 8 semanas.
Aunque aporta mayor disciplina y suavidad, no genera un liso permanente; por ello se recomienda para quienes desean recuperar salud capilar sin perder su forma natural, ya sea rizada, ondulada o lisa.
“La efectividad depende del diagnóstico, no de la tendencia. Muchas veces un cabello pide nutrición antes que un liso permanente. Por eso siempre realizamos una evaluación personalizada para recomendar lo que realmente beneficiará al cliente”, afirma Juan Pablo Mamani, gerente general del salón especializado Reina de Lisos.
A pesar de sus diferencias, ambos tratamientos pueden complementarse en un plan de cuidado integral, siempre que se respeten los tiempos y que un especialista evalúe el estado del cabello antes de aplicar cualquier procedimiento.
