Para salvar la vida de su hija, un padre decidió donarle uno de sus riñones. Esta es la historia de Gleny Walhoff, padre de Frecia, una joven de 26 años, quien ha mejorado su calidad de vida gracias a su progenitor. Los médicos especialistas del Hospital Nacional Arzobispo Loayza realizaron este trasplante exitoso.

La historia de Frecia inicia en el 2020, cuando fue diagnosticada con enfermedad renal crónica en estadio cinco o fase terminal, desde entonces esperó un donante, sin embargo, fue casi imposible conseguir uno debido a la pandemia de la COVID-19. Por ello, su padre se ofreció como donante y al ser compatible se pudo realizar el procedimiento.

“La situación de Frecia implicaba que sus riñones no estaban funcionando bien, por lo que se manejaron tres tratamientos para su caso: la hemodiálisis, que recibió mientras estuvo hospitalizada y diálisis peritoneal ambulatoria continua, con la que continuó en casa y el trasplante renal, para el que su padre, Gleny Walhoff, se ofreció de forma inmediata. Esto nos llevó a proceder con las pruebas de compatibilidad y los resultados fueron alentadores”, explicó el médico nefrólogo, Moisés Butrón Santos, encargado del área de Trasplantes del Servicio de Nefrología del Hospital Loayza.

Se debe mencionar que los trasplantes entre familiares se realizan siempre y cuando exista compatibilidad. Teniendo en cuenta ello, Fresia y su padre fueron evaluados previamente. En el donante se determina que esté en condiciones físicas idóneas para proceder con la intervención y que no implique un riesgo desproporcionado para su salud a largo plazo. Y en el caso del receptor, los médicos se aseguran de que pueda tolerar la cirugía del trasplante, la medicación post operatoria y la inmunosupresión para que su organismo no rechace el órgano.

Luego de pasar todos los exámenes, los médicos del Hospital Loayza realizaron la operación. El médico urólogo y representante del Comité de Trasplante Renal del establecimiento, Hernán Flores Ccosi, detalló que la cirugía fue compleja y tardó alrededor de ocho horas.

“El trasplante renal consta de tres etapas o tiempos siendo la primera la procura o la extracción del riñón del donador; luego la “cirugía de banco” que consiste en la preparación del órgano extraído para ser insertado en el receptor mediante la aplicación de soluciones de preservación de tejidos, esta sustancia nos permite tener el órgano fuera del cuerpo y en óptimas condiciones hasta por 12 horas dándonos el tiempo suficiente para preparar las arterias y uréteres del receptor para su colocación final”, describió el especialista.

El Hospital Loayza reinició este tipo de intervenciones en el 2019. Sin embargo, el caso de Frecia y su padre es el primer trasplante en el que la extracción del órgano se hace vía laparoscópica, una técnica recomendada internacionalmente por ser mínimamente invasiva y permitir una recuperación más rápida en los pacientes.

Luego de la operación, el Servicio de Nefrología del Hospital Loayza supervisó a los pacientes y se informó que la evolución de Fresia es muy favorable, la función de su riñón es muy apropiada, está subiendo de peso, aumentó su hemoglobina y su producción de orina es normal.

Tras la exitosa operación, tanto padre como hija invocaron a la población a ser donantes de órganos en vida, teniendo en cuenta que este gesto altruista puede salvar muchas vidas.

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