El cierre de las operaciones mineras es un pendiente sin resolver dentro del sector, ya que la atención se ubica en otros aspectos como el relacionamiento con la comunidad, la construcción de ambientes especiales, etc. Este aspecto es fundamental llevarlo desde el momento de la implementación, puesto que será la ruta de vida de la minera y la que ayudará a identificar de dónde trabajar, cómo hacerlo y favorecer a los implicados.

Existen varias razones por las que se produce el cierre de la mina, la más común tienen relación con el agotamiento de las reservas, pero durante la operación se pueden dar otras condiciones que obliguen al cierre, como:

  • Razones económicas, como por ejemplo bajo en los precios de los metales o aumento de los productos básicos que pueden llevar a la compañía a declararse insolvente.
  • Razones geológicas: disminución imprevista de las leyes o tamaño del yacimiento.
  • Razones técnicas, como condiciones geotécnicas adversas.
  • Cierre por infracciones medioambientales o de seguridad, presiones sociales o comunitarias.

Todas las anteriores sin duda tienen efectos importantes en la economía de las comunidades del entorno. Es por ello, que la población debe conocer en detalle el Plan de Cierre de la mina desde su etapa inicial.

Para la especialista Ana Luisa Moras, CEO de ALM Asesoría,“el plan debe ser un instrumento público y de conocimiento de la población en general, con el fin que conozcan las fechas de cierre, las medidas que serán implementadas en la etapa de cierre y post cierre. Esta información será importante para que la comunidad se prepare para el futuro sin la mina, capacitándose y buscando alternativas de empleo y/o negocios, antes del cese de la operación de la mina.” comentó

Las consecuencias del cierre de una mina cierra se ven reflejadas en pocas oportunidades laborales y negocios disponibles en el entorno inmediato de la faena, sin embargo, si se realiza una adecuada  y bien orientada capacitación, los miembros de las comunidades  podría participar en actividades como, rehabilitación de los terrenos, recuperación de los suelos, administrar viveros, seguridad y vigilancia, etc.

Añade Morales que “el involucramiento comunitario posibilita la adecuada divulgación de información y de participación de las partes, así como la optimización de los procesos de toma de decisiones para así potenciar los impactos socioeconómicos positivos inherentes al proyecto y mitigar los impactos negativos.”

Actualmente no existe una estadística de cierres mineros exitosos para la región, dado lo contemporáneo de las legislaciones y de que muchas minas consideran largos procesos de extracción, que en algunos casos pueden llegar a periodos de extracción de 100 años. Pero sin duda existen algunas claves para asegurar el éxito del cierre de una mina y  así garantizar la sostenibilidad de las comunidades del entorno a la faena que con el tiempo se vuelven dependientes de las operaciones mineras.

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