En el Día Internacional de la Mujer, es de relevancia especial recordar que a lo largo del desarrollo social del continente americano y, en específico, del Perú, el género femenino cumplió un importante rol en las culturas que se formaron en nuestro territorio, como en el valle de Supe, hace cinco mil años.

Hace seis años, en marzo del 2016, la doctora Ruth Shady Solís, directora de la Zona Arqueológica Caral, Unidad Ejecutora del Ministerio de Cultura, presentó ante los medios nacionales y extranjeros uno de los principales hallazgos arqueológicos más importantes del Perú y del mundo: la “Dama de los Cuatro Tupus”, una mujer que habría pertenecido a la élite de la sociedad de la Civilización Caral.

Fue hallada durante las investigaciones arqueológicas en la denominada Huaca de los Ídolos del centro urbano Áspero, considerada como la Ciudad Pesquera de Caral, ubicado en el distrito de Supe Puerto, provincia de Barranca; a 180 kilómetros al norte de la ciudad de Lima.

La mujer habría vivido hace cuatro mil años y tenía entre 40 y 50 años de edad cuando murió. Media de 1.48 a 1.58 metros. Era diestra, con deformación craneal e indicios de parto. Presenta tres fracturas ante mortem que habrían sido ocasionadas por caídas.

Fue enterrada con un complejo ajuar funerario que comprendía un collar con 460 cuentas, tanto circulares como tubulares, elaboradas con conchas de moluscos, además de un dije o colgante hecho de Spondylus, y cuatro magníficos tupus o prendedores de hueso (de allí el nombre) elaborados en huesos, que representan  aves  y monos aulladores, estos últimos propios  de la selva.

El hallazgo reafirmó la hipótesis surgida tras el hallazgo de la Dama de Cao, las mujeres también ejercieron importantes cargos de poder social o poseían un alto estatus en el antiguo Perú.

IMPORTANCIA DEL ROL DE LA MUJER EN CARAL

Durante los trabajos de investigación de Zona Arqueológica Caral, realizados en doce centros urbanos vinculados con la Civilización Caral, desde hace 28 años, se encontraron también una variedad de esculturas, de arcilla no cocida, en las que representaron a las mujeres en diversas facetas, como en la vida social, económica y política.

En algunas esculturas representaron a mujeres sosteniendo en brazos a bebés o dándoles de lactar. La representación de esta función y la ubicación de estas esculturas en contextos rituales, evidencian que el rol de la mujer como madre fue valorado más allá de una aparente cotidianidad. La representación de la vinculación entre la mujer y la maternidad tiene paralelos culturales universales.

En el ámbito económico, la mujer desarrolló actividades productivas al igual que el hombre. En el sitio arqueológico Ciudad Sagrada de Caral se exhumó un entierro de una mujer adulta dedicada a la producción de tejidos. Y en los sitios arqueológicos de Áspero y Ciudad Sagrada Caral se han recuperado contextos funerarios de mujeres que presentan exostosis auditiva bilateral, producida por inmersión continua, lo que demuestra su participación en la vida laboral marina, y su significativa contribución al desarrollo económico.

Y en el ámbito político, se descubrió (en 2010) que en la Civilización Caral hubo mujeres con autoridad sociopolítica, como lo evidencian dos esculturas recuperadas en el sitio arqueológico Miraya, que representan a dos individuos importantes: la mujer, ataviada con una fina vestimenta y dos collares, y el hombre, con orejeras y collar.

En el sitio arqueológico Vichama (en 2016), se recuperó una ofrenda con tres esculturas. Se trataría de una pareja de autoridades vinculados a una sacerdotisa. La mujer principal está de pie y es de mayor tamaño. La Dama de los cuatro tupus, antes mencionada, formó parte de este sector en la sociedad de Caral.

“El acceso de las mujeres a posiciones sociales se dio hasta en la época inca. Actualmente, la desigualdad de género es muy marcada. Hay violencia, casi permanente, contra la mujer. Debemos tener carácter las mujeres para salir adelante y no debemos permitir que eso continúe con la educación”, indicó la arqueóloga Ruth Shady Solís, principal investigadora de la Civilización Caral.

COMPLEMENTARIEDAD DE GÉNERO

Antiguamente, mujeres y hombres desarrollaron actividades complementarias en todos los ámbitos. Esto se evidencia incluso en la cosmovisión andina, que reconoce a deidades como Pachamama y Cochamama, dadoras de los recursos terrestres y marinos, respectivamente. Eran hombres los cerros, apus o jircas, de donde bajaba el agua para regar los cultivos. La Luna o Quilla era la deidad femenina sideral cuyo par era el Sol, Inti o Huari masculino.

Mientras ambos géneros eran considerados diferentes en cuanto a las funciones que debían realizar, también había convicción en cuanto a su complementariedad. Ambos gozaban del mismo respeto y acceso a las diversas posiciones sociales, políticas y religiosas.

“No eran diferentes. Mujeres y varones eran iguales, se dividían el trabajo. Comprendieron que cada uno podía dar soluciones, por eso las mujeres podían tener posiciones altas. Se requiere de la intervención de la mujer para promover desarrollos en los diferentes campos y mejorar las condiciones de vida en la sociedad. Estamos ante un reto”, sostuvo Shady Solís.

DATO

La Ciudad Pesquera Áspero cumple este 2022, 17 años del inicio de las investigaciones y de la puesta en valor del sitio arqueológico, por lo que se realizarán importantes eventos virtuales, el 29 y 30 de abril, que serán transmitidos a través de las redes sociales de la Zona Arqueológica Caral.

 

Regístrate

Con tu red social preferida

O con tu correo

Inicia sesión

Con tu red social preferida

O con tu correo