Por Tony Fernández–Stoll, Gerente General de AMD para América Latina
En los últimos años, la computación de alto rendimiento (HPC) ha avanzado a pasos agigantados, ofreciendo a las empresas equipos cada vez más potentes con útiles herramientas que albergan aplicaciones de alta exigencia tales como las diferentes formas de inteligencia artificial, la analítica en tiempo real, big data o la administración de datos de grandes despliegues del Internet de las cosas.
Bajo este contexto, el uso de la HPC se encuentra asociado a resolver problemas en diversos ámbitos, como, por ejemplo, la investigación científica, la innovación tecnológica, las simulaciones de impacto climático o también para probar escenarios para diferentes medicamentos, motivando un mayor crecimiento dentro del rubro.
Ahora bien, la alta exigencia en diferentes aplicaciones ha motivado una línea de desarrollo de CPU de alto rendimiento que requiere de una infraestructura de procesamiento que ayude a generar un equilibrio en el consumo. Por lo cual, compañías como AMD trabajan para impulsar con tecnología de vanguardia una mayor eficiencia energética en las supercomputadoras, logrando que algunas de ellas se encuentren en los rankings Top 500 y Green 500.
Dentro de ese portafolio que cuenta con tecnología AMD, se destaca a Frontier, la cual es utilizada en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge (ONRL) y se alimenta por CPUs AMD EPYC de 3ra Generación y Aceleradores AMD Instinct, para ofrecer una mayor potencia de procesamiento, lo que la convierte en la más veloz del mundo. Frontier ha alcanzado el lugar número 1 en la lista Top 500 a nivel de performance, y está presente en la lista Green 500 a nivel de eficiencia energética.
Del mismo modo, está la supercomputadora Pegaso la cual fue construida por Petrobras y está impulsada con más de 233.856 núcleos de procesamiento AMD EPYC. Su capacidad de procesamiento permite ubicar y planificar la extracción de petróleo y gas de una manera mucho más eficiente y asertiva. Permite mejorar las tareas de estudio de superficie y localización de posibles reservas que requieren el almacenamiento y análisis de una cantidad inimaginable de datos para generar imágenes, simulaciones y predicciones sobre el entorno a explorar. Asimismo, este superordenador ocupó el puesto 33 de la lista Top 500, lo que la convierte en una de las computadoras más poderosas del mundo.
Mientras tanto, la supercomputadora LUMI con sistema de tecnología AMD EPYC y Aceleradores Instinct MI200 representa para los investigadores de toda Europa una herramienta vital en la comprensión de fenómenos como el cambio climático, lo que le otorga el tercer puesto del Top 500 de los dispositivos más potentes del mundo, brindando así un mayor desempeño y rendimiento.
Cabe destacar que, en el camino del cómputo de alto rendimiento, AMD tiene la capacidad y el objetivo de apoyar a diversas instituciones que están investigando, innovando en diferentes áreas como en las ciencias de la vida, los servicios financieros, la investigación climática, entre otras, para mayor beneficio de las comunidades y el planeta.