Por: Daniel Higa Alquicira (@danielhiga_al)

Cuando se habla del sistema de justicia en México, siempre se termina en el supuesto de que en realidad solo funciona para las personas poderosas o con dinero. La justicia no es para los pobres.

Esta es la percepción generalizada y hasta justificada que tiene el grueso de la sociedad mexicana, pero cuando el  presidente de la Suprema Corte de Justicia de Nación confirma esto, es que de verdad algo no está funcionando bien el sistema judicial.

Arturo Zaldívar, presidente del máximo tribunal de México, hizo una radiografía muy precisa de lo que es la justicia y aseguró que existe una  falta de legitimidad de todo el sistema legal, por lo que la sociedad  tiene una percepción de que la ley está al servicio de los poderosos.

Presos y pobres

Pero al parecer no es solo una percepción social, esto se ve reflejado en el actuar de los funcionarios y jueces que imparten justicia, ya que por alguna razón (podríamos llamarla dinero) castigan mucho más a las personas pobres o vulnerables con sus sentencias legales.

Según Zaldívar, “lo que es peor, es que la mayor parte de las personas que se encuentran privadas de libertad son personas pobres, que no han tenido una defensa adecuada y se encuentran totalmente desprotegidas frente al aparato poderoso del Estado”.

Esto sumado a los altos niveles de corrupción que se viven en México, hacen que la percepción de las personas sea de total desconfianza hacia el sistema de justicia, que parece que opera con total impunidad, que solo castiga a los inocentes y a los pobres,  dejando libres a criminales poderosos.

La justicia es solo una ilusión

Pero tal vez el problema radica también en la propia definición de la justicia, ya que hay una idea muy arraigada de que su función es castigar las acciones que dañan a otras personas, pero la realidad es que no es así.

“No creo que en ningún país del mundo la justicia sea totalmente justa. Que la justicia sea igual para todos en prácticamente todos los países es una aspiración, no es una realidad”.

Esta postura nos plantea una visión muy objetiva de lo imperfecto e incompleto que son los sistemas de justicia, afectados también por los vicios o carencias que cada país tiene que enfrentar de manera intrínseca, como en el caso de México sin duda es la corrupción una de sus principales características.

Rezagos históricos

Pero todo en andamiaje en el que se sostiene el sistema de justicia en México, no surgió de un día para otro. Es la acumulación de cambios históricos, de visiones distintas y de interpretaciones diversas de una realidad ubicada en el espacio tiempo.

La época de la Colonia, dejó un sello prácticamente imborrable en la justicia mexicana. Comenzando por el  “obedézcase pero no se cumpla, que viene de España”, dice Zaldívar, así se “fue generando desde tiempos de la colonia en el inconsciente colectivo, que una cosa era lo que hacía la ley y otra cosa lo que se hacía. Nos fuimos acostumbrando a este doble rasero”, sentencia el magistrado.

Bajo esta premisa, crecimos con la idea de que la justicia y las leyes están hechas para romperlas, como bien dice un refrán popular en México.

Malas prácticas profesionales

Finalmente, el presidente de la Suprema Corte asegura que los fiscales y ministerios públicos, actúan con mucho desorden y a veces con total impunidad, lo que hace que el proceso judicial se ensucie o se debilite, favoreciendo a los criminales.

“Es común que cuando los asuntos se judicializan, no estén suficientemente sustentados. En muchas ocasiones los jueces tienen que liberar o declarar sentencias absolutorias, lo que genera un malestar en la sociedad”, señaló Arturo Zaldívar en una entrevista con la agencia EFE.

Esto ha propiciado que la sociedad evite el largo y tortuoso camino de acudir ante las autoridades a denunciar, ya que lo más probable es que reciba un maltrato y al final del día, hasta pueda resultar que lo inculpen de algún delito.

“En México, no tenemos una cultura de la denuncia, la mayoría de las personas no están satisfechas con el trabajo de las fiscalías. De tal suerte, creo que en ese sentido estamos quedando a deber”, dice el magistrado.

Cabe destacar que Arturo Zaldívar ha roto con todo el estereotipo de un magistrado. Se ha convertido en un personaje famoso en las redes sociales, interactúa en esas plataformas hablando de temas polémicos y ha mostrado una apertura ante las necesidades de la sociedad, único en el ambiente judicial.

Así, esta es la realidad del sistema de justicia en México y que lo diga el presidente de la Suprema Corte, es algo que se debe de tomar muy en cuenta.

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