Internet Para Todos (IPT), empresa creada por Telefónica del Perú, Meta (Facebook), BID Invest y CAF para cerrar la brecha de conectividad en el Perú, cerró el 2022 con más de 16,700 centros poblados conectados con internet 4G, es decir, un 28% más de localidades conectadas que a fines del 2021.
Este avance de Internet para Todos en el despliegue de infraestructura de internet móvil significa que más 3.1 millones de personas que viven en zonas rurales de la costa, sierra y selva tienen hoy la posibilidad de acceder a internet móvil 4G y con ello a las oportunidades que trae el mundo digital.
“Cuando Internet Para Todos inició operaciones en mayo del 2019 teníamos como meta llevar internet a 6 millones de peruanos de las zonas rurales del país que no contaban con un adecuado acceso a internet. Hoy hemos superado el 50% de esa meta… Aún nos quedan 2.9 millones de personas que necesitan sumarse al mundo digital, ese es el gran desafío para el que debemos sumar esfuerzos, tanto a nivel estado como empresa privada”, declaró Pedro Cortez, CEO de Telefónica del Perú.
Localidades conectadas
En el despliegue de internet 4G destacan los avances en el número de comunidades rurales conectadas en Cajamarca (1,065 comunidades) y La Libertad (844 comunidades), por la zona norte del país; Huancavelica (2,215 comunidades), Ayacucho (1,788 localidades) y Áncash (1,276 localidades), en la zona central; Cusco (2,396 comunidades) y Apurímac (1,461 localidades), en la zona sur; y Amazonas (587 localidades) y San Martín (445 localidades), en la zona oriente.
Son muchas las historias de impacto del internet en la vida de las personas. Por ejemplo, en la comunidad de Ayaviri, Cusco, la conectividad ayudó a Yoni Surco, una madre de familia que gracias al internet logró culminar sus estudios secundarios de manera remota; por su parte, Jesús Álvarez, ahora coordina a través de un grupo de WhatsApp las faenas comunales y cosechas con sus vecinos de Ayaviri.
Asimismo, en la comunidad Uña de Gato (Tumbes), la conectividad permitió reactivar económicamente a los productores de cacao orgánico del valle de Zarumilla, permitiéndoles comercializar sus productos y acceder a nuevos mercados.
