Hombres armados sin identificar mataron a más de 200 personas después de invadir esta semana varias localidades del estado de Zamfara, en el noroeste de Nigeria, informaron líderes de la sociedad civil.

«Hasta el momento hemos enterrado a unas 200 personas (…). Seguimos buscando más cadáveres, que están repartidos en varias áreas, por lo que hemos enviado grupos de rastreo a todas las localidades afectadas», dijo Shawwal Aliyu, coordinador de Zamfara Cirle, una organización de la sociedad civil, según recogieron medios locales.

«Estamos esperando a que los voluntarios terminen sus reuniones para confirmar el número de muertos», añadió Aliyu.

Según los voluntarios, los asaltantes (conocidos comúnmente en Nigeria como “bandidos”), empezaron sus ataques el pasado martes, y se extendieron hasta el jueves.

Los “bandidos” mutilaron muchos de los cadáveres e incendiaron decenas de casas en al menos nueve localidades, provocando el desplazamiento de unas 10.000 personas.

El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, condenó las matanzas «contra personas inocentes» y las describió como «un acto de desesperación por parte de los asesinos, ahora bajo la implacable presión de nuestras fuerzas militares».

«Los criminales serán historia porque no vamos a retirar nuestras operaciones militares», añadió Buhari en un comunicado emitido a última hora del sábado.

El gobernador del estado de Zamfara, Bello Matawalle, se desplazó a los lugares donde ocurrieron los incidentes y se ha reforzado la presencia de las fuerzas de seguridad.

Según Matawalle, las autoridades estatales están reunidas con las fuerzas de seguridad nigerianas para rediseñar sus operaciones militares en la zona, y el próximo lunes anunciarán todas las decisiones tomadas.

Varios estados del centro y noroeste del Nigeria sufren ataques mortales incesantes por parte de bandidos y una ola de secuestros masivos con el objetivo de obtener lucrativos rescates.

Estos ataques han continuado a pesar de las reiteradas promesas del presidente de Nigeria de acabar con ese problema y del despliegue de más fuerzas de seguridad en la zona.

A esa inseguridad en el noroeste de Nigeria se suma la producida desde 2019 en el noreste por el grupo yihadista Boko Haram y su grupo escindido, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas inglés).

Ambos grupos radicales han asesinado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger.

 

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