Taylor Hawkins, batería de Foo Fighters, ha muerto el viernes en Bogotá (Colombia) a los 50 años. El grupo estadounidense era el cabeza de cartel del macrofestival Estéreo Picnic, donde tenía previsto actuar este viernes.

Horas antes de la actuación fue descubierto el cuerpo sin vida del músico en la habitación de su hotel, sin que se conozcan aún las causas. Según la policía metropolitana, “‘personas cercanas a él afirmaron que la muerte podría estar relacionada con el consumo de drogas”. Durante años, Hawkins había hablado en entrevistas de su afición al consumo de drogas y de la sobredosis de heroína que padeció en 2001 (estuvo en coma dos semanas).

Taylor Hawkins fue la mano derecha de Dave Grohl en Foo Fighters desde su llegada al grupo, en 1997, solo dos años después de que Grohl comenzara con el proyecto tras el final de Nirvana.

“La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre”, ha transmitido el grupo en un comunicado difundido en sus redes sociales. “Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con el máximo respeto en este momento inimaginablemente difícil”, añade dicho comunicado.

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