Cada 26 de noviembre se celebra el Día Internacional del Olivo, una fecha establecida por la UNESCO para reconocer el valor histórico, ambiental y económico de este árbol. En el Perú, el olivo tiene una larga historia y se cultiva en regiones como Tacna, Arequipa, Moquegua e Ica, donde su fruto se ha convertido en fuente de identidad, sabor y desarrollo.
Más allá de su historia, el aceite de oliva —conocido como el “oro verde”— es hoy un aliado clave del bienestar. Rico en antioxidantes y grasas saludables, forma parte de la dieta mediterránea y cada vez tiene mayor presencia en los hogares peruanos.
“El aceite de oliva es un producto natural que conecta bienestar, tradición y sostenibilidad. Usarlo en la cocina diaria no sólo aporta sabor, sino que también mejora nuestra salud y apoya a las comunidades que lo producen”, explica Luis Pineda, CEO de Santolivo Group, empresa tacneña dedicada a la producción de aceite de oliva y sal de Maras.
Más que un ingrediente
Pineda detalló que el consumo de aceite de oliva en el país continúa en ascenso, impulsado por un consumidor más consciente que busca productos naturales y respetuosos con el entorno. “Perú tiene condiciones únicas para producir aceites de oliva de gran calidad. Celebrar esta fecha es también reconocer el trabajo de las familias que mantienen viva esta tradición”, comentó el ejecutivo.
El CEO de Santolivo comparte tres formas prácticas de aprovechar al máximo los beneficios del aceite de oliva:
- Para cocinar saludable: usarlo en crudo o con fuego medio conserva sus antioxidantes y realza los sabores de carnes, verduras y pastas.
- En el cuidado personal: unas gotas en la piel o el cabello ayudan a hidratar naturalmente gracias a su contenido de vitamina E.
- En la mesa diaria: una cucharada de aceite de oliva extra virgen en el desayuno o ensalada ayuda a mantener el colesterol equilibrado y fortalecer el corazón.



