En la era digital, las contraseñas siguen siendo la primera línea de defensa contra el fraude. Sin embargo, el estudio “Radiografía de la seguridad digital en Lima” de Experian Perú revela que el 67% de los limeños cambia sus contraseñas solo una vez al año o con menor regularidad, lo que los deja expuestos a un creciente riesgo en sus transacciones digitales.

En los últimos años, el uso de la biometría (como la huella digital o el reconocimiento facial) se ha convertido en una herramienta habitual en bancos y billeteras digitales. Aunque representa un avance en comodidad y añade una capa extra de protección, no elimina la necesidad de contraseñas sólidas: detrás de todo sistema biométrico existe siempre una clave de respaldo que, si no se actualiza con frecuencia, puede transformarse en la vulnerabilidad más grande del usuario.

“Sabemos que cambiar la contraseña con frecuencia es incómodo y muchas veces se percibe como una tarea poco deseada, pero es una de las prácticas más efectivas para proteger la información personal y financiera. La biometría ayuda a simplificar el acceso, pero la verdadera seguridad está en combinarla con contraseñas fuertes, actualizadas y con autenticación en dos pasos”, explica Alfredo Monasi, Pre Sales Specialist DA de Experian Perú.

Cómo convertir un hábito tedioso en protección financiera

Para Experian, la clave está en transformar la incomodidad en un hábito saludable y sostenible. Algunas prácticas recomendadas son:

  • Usar gestores de contraseñas que generen y almacenen claves seguras automáticamente.
  • Activar recordatorios cada 3 a 6 meses para renovar las contraseñas más sensibles (bancos, billeteras digitales, correos).
  • Adoptar la autenticación en dos pasos, que combina contraseña con un código dinámico o verificación biométrica.
  • Monitorear constantemente la información financiera con herramientas como Mi Sentinel, la plataforma de autogestión financiera de Experian que permite revisar deudas, pagos y nuevas obligaciones, así como consultar el historial y el puntaje crediticio.

La digitalización seguirá creciendo en Perú, y con ella las amenazas de fraude. Cambiar contraseñas con mayor frecuencia no debe verse solo como una tarea incómoda, sino como parte de una gestión financiera responsable, al mismo nivel que revisar deudas o monitorear el puntaje crediticio. Combinado con la biometría y la educación digital, este hábito puede convertirse en el mayor escudo de protección para las personas en la era de los pagos digitales.

“En el mundo digital, proteger tu información no es opcional: es parte de tu salud financiera. Cambiar tus contraseñas con frecuencia no solo te cuida del fraude, también te da el control sobre tu seguridad. Un hábito simple puede marcar la diferencia entre estar expuesto o estar protegido.” concluye Alfredo Monasi, Pre Sales Specialist DA de Experian Perú.

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