Ortega, que lleva 14 años en el poder, acudió a estos comicios sin competencia real, pues siete aspirantes opositores están detenidos.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue reelegido para un cuarto mandato consecutivo con un 75% de votos, una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, anunció el Consejo Supremo Electoral (CSE), que situó en 65% la participación electoral.

Ortega, que lleva 14 años en el poder, acudió a estos comicios sin competencia real, pues siete aspirantes opositores están detenidos. Lejos, en el segundo lugar, se sitúa el candidato liberal -y señalado como colaborador del gobierno- Walter Espinoza, con 14,4% de los votos, según las cifras entregadas la madrugada del lunes por la presidenta del CSE, Brenda Rocha.

Al respecto, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, sostuvo que el resultado de las elecciones realizadas el domingo en Nicaragua carece de legitimidad y el país se ve ahora gobernado por un “régimen autocrático”,

Las elecciones “se llevaron a cabo sin garantías democráticas y sus resultados carecen de legitimidad”, apuntó Borrell en una declaración, en la que manifestó que los comicios “completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático”.

Los comicios, añadió, “completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático”.

Ortega, afirmó Borrell, ha “eliminado toda competencia electoral creíble”, con el arresto de siete aspirantes presidenciales antes de las elecciones.

“La integridad del proceso electoral fue aplastada por el encarcelamiento sistemático, el hostigamiento y la intimidación de precandidatos y líderes de oposición”, señaló Borrell, en una nota en nombre de los 27 países del bloque.

“Llamamos a Daniel Ortega a que devuelva la soberanía de Nicaragua a los nicaragüenses, que son sus dueños legítimos”, añadió la declaración.

De guerrillero a presidente

Nacido el 11 de noviembre de 1945 en el pueblo minero de La Libertad (centro) en el seno de una familia humilde y católica, de sus tres hermanos sobrevive Humberto, exjefe del ejército y quien, distanciado de él, vive en Costa Rica.

Monaguillo y con vocación sacerdotal, abandonó la facultad de Derecho para enrolarse en la guerrilla Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), hoy partido de gobierno.

Entonces flaco y con bigotes que conserva, fue uno de los verdugos de su propio torturador durante la dictadura somocista (1937-1979) y purgó siete años de cárcel por robar un banco para financiar a la guerrilla, según el periodista Fabián Medina, autor de El Preso 198, un perfil de Ortega.

Intercambiado luego por rehenes somocistas, Ortega se entrenó en Cuba y volvió a Nicaragua, con exilios intermitentes hasta el derrocamiento de Anastasio Somoza.

El comandante Ortega integró una junta de gobierno y luego fue elegido presidente, por primera vez, en 1984.

Para Medina, Ortega llegó al por tres razones: desde los 15 años era un joven animado a cambiar la sociedad “por medio de la violencia”; “sobrevivió en ese intento” a diferencia de la mayoría de sus compañeros de armas; y “su personalidad calma y de pocas luces fue clave cuando se debió elegir a un jefe de Estado en medio de una lucha de egos de guerrilleros”.

En 1990, Ortega pierde la elección contra Violeta Barrios de Chamorro. Y no descansó hasta regresar al poder.

 

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