“Los ríos no son solo recursos naturales, son espacios de vida para las personas y los animales”, así lo expresó Olenka Magallanes, de la Red ComunArte de Villa El Salvador, en el foro virtual que convocó este viernes a decenas de niños, niñas y adolescentes defensores de la naturaleza de diversas regiones del país. Ellos expusieron sus experiencias y principales demandas en defensa de un ambiente seguro y saludable y contra la violencia ambiental en sus comunidades.

El foro estuvo compuesto por dos mesas de discusión. En la primera, se abordaron los principales factores que ocasionan la contaminación ambiental y de qué manera esto afecta a los más pequeños. En una segunda ronda se visualizó el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes que actúan frente a la violencia ambiental.

Katyuska Barja de la Dirección de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente (Minam) informó que existe un riesgo ambiental para la salud de las personas ocasionado por la contaminación del aire. “Dentro de las enfermedades asociadas a la contaminación del aire encontramos los accidentes cardiovasculares, las infecciones respiratorias agudas (Iras), el cáncer al pulmón y otras enfermedades”, agregó la especialista quien además anunció que en el país existe una Política Nacional del Ambiente.

Ricardo Jiménez, director ejecutivo de Forum Solidaridad Perú, señaló que somos los seres humanos quienes generamos los conflictos socio ambientales y que los intereses económicos agudizan estos conflictos. Por su parte, la representante de la Defensoría del Pueblo, Kattia Bocanegra, reconoció que la crisis climática por plásticos y la afectación a las especies está menoscabando los derechos de los niños y niñas a un acceso a un aire limpio, alimentos y agua. “Nuestro país está dentro de los más vulnerables al cambio climático, sus efectos se evidencian con la llegada del Niño costero, de los incendios forestales, de las sequías en la sierra, la crisis alimentaria y el friaje”, agregó.

Casos emblemáticos

En una segunda etapa del foro, los protagonistas de esta lucha expusieron los casos más emblemáticos de sus regiones. Así Olenka Magallanes, integrante de la Red ComunArte de Villa El Salvador, destacó los esfuerzos de los más jóvenes por rescatar el valle del río Lurín a través de una ordenanza que declaró de interés distrital la conservación del sistema natural de la cuenca del río Lurín que permita su revaloración. “En las ciudades se ha roto la mirada de armonía y cariño con la naturaleza, tanto cemento y construcción no ha permitido que tengamos una relación armoniosa con ella”, enfatizó Olenka.

Como se sabe, los niños y niñas son la población más afectada al sufrir las consecuencias directas de la contaminación ambiental. En esa línea, Paola Pérez, de la Red de Semillas de la Pachamama de Cusco, narró su experiencia como parte del proyecto “Guardianes del río Willcamayo”. Ella explicó que al principio su objetivo era encariñar el pensamiento de la población y de las autoridades de Cusco al río sagrado de Willcamayu. “Queremos que este río sea declarado sujeto de derecho para recuperarlo, protegerlo y respetarlo ya que es uno de los ríos más contaminados. Todos podemos ser parte de esta propuesta, todos podemos ser guardianes de la madre agua”, aseveró durante su participación.

“Proteger a la Pachamama”

Esmeralda Curi, delegada Movimiento Latinoamericano y del Caribe de niños, niñas y adolescentes trabajadores (Molacnats) resaltó que todos debemos proteger a la Pachamama porque es el corazón del mundo. “Es importante que nos empecemos a cuestionar cuánto estamos aportando y si estamos siendo conscientes del impacto que hacemos, por ejemplo, a la hora de comprar. Tenemos que hacer algo si queremos que esta realidad cambie y mejore”, indicó Esmeralda quien con su mensaje quiere llegar a los niños y niñas que no están siendo escuchados.

En un video grabado desde Puno, los niños de Ayaviri en la provincia de Melgar relataron de qué forma la contaminación del río Llallimayo genera consecuencias a la flora, fauna y a la población aledaña a esta fuente de agua. Contaron la experiencia detrás de la publicación de la ordenanza N°018-2019 que reconoce al río como sujeto de derecho. “Hemos visto que nuestro río Llallimayo está muy contaminado, por eso nosotros queremos que la población y las autoridades recapaciten y lo protejan. El agua es vida para nosotros ya que sin ella no vivimos, no queremos que arrojen basura o residuos”, expresó Sheldy Cherco de Ayaviri.

Finalmente, los participantes escucharon la ponencia de Shantal Pacotaype, delegada nacional de la Red Peruana Infanto Juvenil por el Buen Vivir (Redinjuv), quien hizo un llamado a las autoridades para que ratifiquen el Acuerdo de Escazú. Explicó que desde la red se han desarrollado una serie de actividades de incidencia para lograr que el parlamento nacional ponga en agenda la ratificación de este importante acuerdo que tiene como propósito mejorar la democracia ambiental desarrollando derechos al libre acceso a la información, la justicia ambiental y la participación ciudadana en la toma de decisiones.

Los niños, adolescentes y jóvenes que participaron de este foro afianzaron el compromiso de seguir bregando por el cuidado de la naturaleza y sobre todo por la salud de estas y las nuevas generaciones sosteniendo la esperanza de un mundo libre de contaminación.

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