La elección de Guido Bellido como presidente del Consejo de Ministros ha causado polémica y rechazo por defender el accionar terrorista de Edith Lagos Sáez, una joven integrante de Sendero Luminoso abatida por la Policía en 1982.

“Edith Lagos es una peruana y ha tenido una postura en el proceso de reestructuración de nuestro país, como mucha gente. Esos planteamientos que ella ha tenido ¿son cuestionables?”, opinó el premier durante la entrevista.

¿Pero quién fue esta mujer y cuál fue su papel en el grupo terrorista?

Edith Lagos Sáez nació en Ayacucho en 1962. Fue la sexta de siete hermanos. Recibió la educación básica en un colegio de monjas. Quiso ser monja.

Sin embargo, en su último año de secundaria, se integró al Comité Coordinador y Unificador del Movimiento Estudiantil Secundario (CCUMES), creado por los escolares de Huamanga. Dichos enfrentamientos, a fines de la década de 1970, cobrando la muerte de algunos escolares.

Decidió migrar a Lima en 1979 para realizar estudios superiores. Ingresó a la Facultad de Derecho en la Universidad San Martín de Porres, pero decidió abandonar su educación en el primer semestre. No se supo de ella un año después, el 24 de diciembre de 1980, cuando la Policía la detiene y la acusada de participar en diferentes atentados con dinamita en Ayacucho. Eran los primeros actos criminales de Sendero Luminoso y Edith participaba activamente de ellos.

Según diversos informes, al dejar la universidad, Edith regresó a Huamanga para integrarse a los destacamentos urbanos de Sendero Luminoso, donde la adoctrinaron y la convirtieron en piza clave de los actos de terror en la ciudad que la vio nacer.

Tras ser presenta en público, fue recluida en la cárcel de Huamanga donde, junto con la también senderista Carlota Tello, se dedicó a realizar actividades proselitistas. El 3 de marzo de 1982 una columna senderista ataca el centro penitenciario. Fugaron 304 reos, siendo Edith una de las prófugas.

​El  18 de julio reaparece en la toma de Ocobamba, en la que murió un guardia civil. El 3 de septiembre falleció en un confuso tiroteo con la policía en Umaca, cuando se disponía a tender una emboscada a una patrulla. ​ A su entierro en Ayacucho asistieron 10 mil personas. Más tarde, el Comando Rodrigo Franco, un grupo paramilitar apodado “escuadrón de la muerte”, creada en el primer gobierno de Alan García, bombardeó su tumba.

Lagos, la poeta

La fiereza de Edith Lagos también la plasmaba en la poesía. Tan es así que, estando en prisión y con bajo un seudónimo, ganó un concurso de poesía del Instituto Nacional de Cultura del Ayacucho.

“Hierba Silvestre”

De lo alto de la montaña

al lado de una inerte piedra

al aroma de las hierbas silvestres

le pregunto:

¿Cuánto falta para que el río

aumente su caudal?

Para que tormentosamente arrase

este cruel presente.

[…]

pregunto yo a los remolinos:

¿Por qué te diriges al sur?

¿Qué quieres arrasar?

La inequidad del pasado

posada allí.

[…

Pero la inercia quedó atrás

encendidos están tus sentimientos.

Hierba silvestre, aroma puro

te ruego acompañarme en mi camino

serás mi bálsamo en mi tragedia

serás mi aliento en mi gloria.

Serás mi amiga

cuando crezcas

sobre mi tumba.

Allí: que la montaña me cobije

que el río me conteste

la pampa arda,

el remolino vuelva, el camino descanse

¿y la piedra?

[…]

La piedra lápida eterna será en ella

grabado,

¡todo quedará!…

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