A consecuencia de la pandemia, sin duda cambiaron las rutinas de casa y sobre todo laboral. Levantarse temprano, preparar un café rápidamente, conectar a los niños a clases, iniciar la jornada laboral medio vestido e ingresar así a reuniones mediante videollamada, caídas de internet, paso  ser algo cotidiano en el diario vivir de las personas.

Parecen nimiedades del día a día. Detalles insignificantes, incluso anecdóticos. Sin embargo, la suma de esos pequeños momentos estresantes (microestresores) puede ser muy dañina para la salud mental, emocional y física y repercutir de manera negativa en el desempeño laboral.

“El estrés viene a nosotros en pequeños asaltos durante el día, es lo que llamamos micro estrés. Y llega desde diferentes fuentes que tal vez nunca habías considerado”, explican los investigadores Rob Cross, Jean Singer y Karen Dillon en Harvard Business Review, quienes indican que, a diario, lidiamos con entre 20 y 30 situaciones como estas. “El problema es que muchos de nosotros hemos aceptado al micro estrés como parte normal de nuestro día a día. Casi no lo anotamos, pero acumulativamente nos está desgastando”.

Gabriel Dondero, Gerente regional de desarrollo en Visma Latinoamérica señala que, si bien hoy es imposible vivir libres de estrés, en un estado de calma constante, es importante recordar que existen diferentes herramientas para ayudarnos a reducir el impacto de los microestresores cotidianos. El experto comparte 8 tips para sobrellevarlo:

  1. Elige dos o tres. Identificar dos o tres microestresores que se hayan asumido como ”normales” en el día a día, pero que la persona sabe que generan un impacto importante en la calidad de vida e intenta trabajar en ellos.
  2. Cultivar las relaciones e involucrarse en nuevas actividades. Algunas actividades en las que se pueda incluir son: trabajo voluntario, clubes de lectura, grupos deportivos, comunidades religiosas, entre otras.
  3. Reconocer las personas que generan estrés y poner límites. Se trata de personas con las que se disfruta pasar tiempo, pero que constantemente habilitan comportamientos improductivos (“terminas ese proyecto mañana, ¡vamos a ese nuevo restaurante esta noche”) o entregan el trabajo que no han logrado hacer (“no terminé el reporte, te doy mis notas para que lo sigas a partir de ahí”). Si bien no es necesario desconectarse de esas personas, sí es importante reconocer sus efectos en el bienestar y tratar de poner límites.
  4. Mindfulness, sueño y ejercicio físico. La meditación, mantener una buena salud física a través del ejercicio, una dieta adecuada y buenos hábitos de sueño.
  5. Reducir el consumo de ciertas bebidas.Aquellas que contienen cafeína (como el café, las gaseosas e incluso el chocolate), mucha azúcar o alcohol podrían agravar el agotamiento y estresarnos aún más.
  6. Cuidar la alimentación. ¿Sabías que el intestino grueso alberga más de 100 millones de neuronas? Es como un segundo cerebro. Entonces, lo que se come tiene un impacto directo en la manera en cómo una persona se siente. Consumir alimentos saludables y evitar los ultraprocesados es una buena forma de reducir nuestros niveles de estrés.
  7. Redescubrir los 5 sentidos. La Organización Mundial de la Salud recomienda prestar atención a una sola actividad para así poder “desengancharse” de los pensamientos y sentimientos difíciles y volver a “conectarse” con la vida, centrarse en el momento presente y poner los pies en la tierra.
  8. ¡Detenerse! No hacer click. Pensar bien antes de hacer click en esa noticia que sabes que te va a afectar emocionalmente.

 

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